viernes, 20 de julio de 2012

EL ESFUERZO. PARTE II.



EL ESFUERZO. PARTE II.
A todo lo largo de este Trabajo, en todas sus partes, es preciso hacer el esfuerzo de recordarse.

La memoria esta en los tres centros.

Supongamos que un hombre llegue a un estado en El Trabajo en el cual siente la necesidad de tener UN PROPÓSITO, basado sobre lo que ha observado en sí mismo.

Tiene un propósito y luego RESUELVE CUMPLIRLO.

Pero con el fin de cumplirlo, es preciso que RECUERDE.

NO SOLO DEBE RECORDAR CUÁL ES SU PROPÓSITO, DEBE RECORDAR POR QUÉ SE HIZO ESE PROPÓSITO, Y QUE LO CONDUJO A QUERER CUMPLIRLO.

Si recuerda simplemente su propósito en la forma de palabras, a saber, que este propósito no es para hacer esto o aquello, no para reaccionar de esta manera o de aquella —porque primero nuestros propósitos habrían de ser no hacer— …no basta.

Solo recuerda con una parte muy pequeña del Centro Intelectual.

Para recordar de un modo verdadero es preciso que retroceda y re-cree la situación en la que se hizo su propósito, y reflexione acerca de su significado Y VUELVA A SENTIR las circunstancias en las que resolvió cumplirlo, etc.

La plena memoria es una cuestión de los tres centros que trabajan simultáneamente, y un propósito incluye a los tres. (Intelectual, emocional, motor)

Porque si un hombre va a TRABAJAR EN CONTRA DE ALGO que está en sí mismo, la cosa, sea lo que fuere, estará representada en el Centro Intelectual, y en el Centro Emocional, y en el Centro Motor, y el cumplimiento de su propósito compromete a los tres; y el recuerdo de su propósito también compromete a los tres centros.

Al hacer un esfuerzo sobre un aspecto de sí mismo, tal como alguna forma particular de ser negativo, recuerde que en uno mismo todo se efectúa en ciclos, es decir, todo acontece repetidamente y a ciertos intervalos.

No es que esos intervalos sean regulares, sino que las cosas se repiten o retornan, internamente, a veces antes, a veces después.

Lo importante es que por la observación una persona observa y recuerda que esto ocurre así, y de este modo LOGRA CIERTA PRESCIENCIA y PUEDE PRODUCIR UN CHOQUE EN SÍ antes que algún modo de ser o algún estado de ánimo haya empezado propiamente en sí misma.

Esto pertenece a la idea de HACER EL ESFUERZO EN EL MOMENTO OPORTUNO.

Una vez que un estado de ánimo o un modo de ser característico, etc., haya logrado suficiente fuerza, es difícil o imposible detenerlo.

Pero si la observación de sí ha desarrollado en uno mismo esa MEMORIA ESPECIAL que resulta de ella (y solo puede resultar de ella), luego si esta nueva memoria es bastante fuerte le dará un punto de ventaja que le permitirá hacer un esfuerzo sobre algún estado inútil, cuando empiece a regresar.

Es decir, si lo reconoce.

Si en verdad empezó a tenerle antipatía, entonces tendrá una emoción que podrá ayudar su memoria y pensamiento.

Esto lo ayudará a observar más, a saber, que el estado se inicia antes de lo que pensaba usted, en pequeñas cosas triviales que antes no había relacionado con él, tal como comenzar a emplear ciertas frases o un ligero cambio de sentimiento hacia los otros, y así sucesivamente.

A diferencia de la depresión, la emoción negativa es siempre causada por otra persona.

No es preciso que la otra persona esté presente.

Si se tiene imaginación esta actúa en lugar de dicha persona.

La imaginación nos hace negativos —la memoria nos hace negativos— pero es siempre imaginar o recordar una persona.

Cuando la emoción negativa surge de la imaginación o de la memoria repite por lo general lo que se ha sentido antes respecto de la persona de que se trata, y al cabo de un tiempo es posible observar cuando se produce por primera vez, en cuyo caso se lo puede extirpar antes que alcance su plena fuerza.

Cuando usted es "violentamente negativo", como dijo alguien, no se puede hacer gran cosa.

¿Por qué?

Porque usted no lo desea, y a todos nos gusta ser violentamente negativos en algún momento.

Es preciso comprender que a la gente le gusta ser negativa y sentir que sufre.

Esto es todo lo que se puede decir.

Pero hay que verlo.

ES MENESTER LUCHAR MUCHO Y POR LARGO TIEMPO PARA EMPEZAR A NO GUSTAR DE SER NEGATIVO.

Es demasiado fácil ser negativo.

Solo usted mismo, en su más hondo pensamiento, comprensión y sentimiento, puede salir del pozo de los estados negativos, hacia la luz de la conciencia y del propósito.

Uno de los estados negativos más serios resulta de compadecerse a si mismo durante demasiado tiempo, lo cual suele conducir a la pérdida del poder de esforzarse.

Hasta la más ligera auto-compasión es negativa por su color.

Puede transformarse en hacer una novela de la propia vida, pero es negativa y tiene el color y el sabor de la emoción negativa, si uno se empeña en observarla.

Cuando mi mujer y yo estábamos en Francia, Gurdjeff nos dijo: "Si ustedes no tienen compasión de sí mismos, yo tendré compasión de ustedes".

Lo que es preciso comprender es que todos tienden a tener compasión de si, ricos o pobres, casados o solteros, triunfadores o fracasados.

Cuando un hombre tiene compasión de si, siente que se le debe algo.

Si usted siente que se le debe algo, nunca empezará a trabajar verdaderamente sobre sí mismo. ¿Cómo podría hacerlo?

Es preciso que sienta que es usted quien debe algo.

Para hacer el esfuerzo de trabajar sobre usted mismo es menester que sienta realmente que hay algo equivocado en usted.

Por lo general se necesitan años y años antes que una persona llegue a estar convencida de ello.

El Trabajo debe atravesar capas y capas de orgullo, vanidad, ignorancia, satisfacción de si, lenidad de si, amor de si, merecimiento de si, y así sucesivamente.

Empero, con el tiempo, logra atravesarlas.

Pero antes que llegue a hacerlo, la primera señal de que una persona de pronto comprende que El Trabajo se refiere a algo real es que muestra por su manera de pensar que ya empieza a reflexionar sobre las ideas del Trabajo.

El primer cambio tiene lugar en la mente, por ejemplo, piensa diferente.

Esto es metanoia, traducido erróneamente en los Evangelios por "arrepentimiento".

Es llamado en el Trabajo el "despertar del Cochero".

Empieza con el darse cuenta de la situación en que se está.

Es preciso comprender que no es una cosa muy común.

La gente piensa rara vez en El Trabajo desde sí misma.

Esto se debe a que pocas veces sienten que hay algo censurable en ellas, aunque están seguras de que los demás están equivocados.

Mientras se sigue pensando de la misma manera y se sigue sintiendo de la misma manera se es mecánico.

Uno es una máquina, pero se imagina otra cosa.

Nuestra vida no es acción, sino reacción; y reaccionamos a las cosas de la misma manera mecánica una y otra vez.

ES SOLO AL VER QUE SE ES UNA MÁQUINA, COMO SE PUEDE LOGRAR LA EMOCIÓN CORRECTA QUE AYUDE A CAMBIAR.

Afortunadamente hay algo en nosotros que odia la mecanicidad, pero esta cosa esta adormecida por nuestra imaginación que le hace creer que tenemos plena conciencia y actuamos siempre por la voluntad, y la conciencia, y que siempre sabemos lo que estamos haciendo, diciendo y pensando.

Es solo por UN ESFUERZO CONSCIENTE como se puede COMPRENDER nuestra mecanicidad, y es preciso hacer este esfuerzo hacia una cosa definida, una reacción definida, algo práctico, claro y distinto.

Cuando se comprende que se es mecánico en un grado definido, se produce un choque.

En realidad, es un momento de recuerdo de sí.

El trabajo contra la mecanicidad exige un esfuerzo de observación de sí.

La razón por la cual reaccionamos a las cosas del mismo modo mecánico una y otra vez se debe nuevamente a las conexiones y asociaciones en y entre nuestros centros.

Pero no tenemos conciencia de ello mientras no observemos nuestros centros.

Para cambiar es preciso que los centros trabajen en una forma nueva.

Demos un ejemplo: supongamos que siempre se siente trastornado al no poder encontrar una cosa. ¿Es mecánico o no?

Si, es una reacción mecánica que se repetirá regularmente mientras no la ilumine con la luz de la conciencia.

Es la conciencia la que nos cambia.

Primero, se precisa el esfuerzo de observación de sí.

Supongamos que al no encontrar dicha cosa, reacciona siendo negativo.

Este es el primer esfuerzo y pertenece al esfuerzo general de observación de sí, es decir, a llegar a ser más consciente, observarse a sí mismo y no siempre darse a sí mismo por supuesto.

Luego, observe sus pensamientos. ¿Cuál es el pensamiento que siempre se presenta cuando usted ha perdido algo?

Luego observe la emoción; repare en ella, en su sabor.

Luego examine sus movimientos, su expresión, etc.

La próxima vez no le será tan fácil reaccionar mecánicamente cuando pierde algo.

¿Qué lo ayudara?

El trabajo que hizo previamente sobre esta reacción mecánica, a saber, el esfuerzo por ser más consciente.

Todo lo que hacemos conscientemente queda para nosotros: todo lo que hacemos mecánicamente se pierde para nosotros.


Maurice Nicoll

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