viernes, 6 de julio de 2012

EL LADO INOBSERVADO DE NOSOTROS MISMOS



EL LADO INOBSERVADO DE NOSOTROS MISMOS

Hemos conversado recientemente sobre ese oscuro lado de nosotros mismos.

Les explique anteriormente que me refería al lado de nosotros mismos que no conocemos o no aceptamos, y que el objeto del conocimiento de si por el método de la observación de si era el de llevar a ese aun no conocido lado de nosotros mismos a la luz de la conciencia.

Todo el objeto del conocimiento de si es hacer que nuestro conocimiento de nosotros mismos sea más consciente.

Se basa en la idea de que cuando se tienen muchas cosas en uno mismo que no se conocen ni se aceptan —es decir, cosas de las cuales no se es consciente— entonces esas cosas nos complican la vida en gran manera y provocan toda suerte de situaciones que podrían ser evitadas mediante el conocimiento de sí.

Cabe decir en general que ponemos ese lado desconocido o inconsciente de nosotros mismos en otras gentes o, para usar un término de la psicología moderna, proyectamos ese lado de nosotros mismos a otras personas y lo vemos en ellas.

Por ejemplo, las vemos como si fueran embusteras, infieles, mezquinas, faltas de confianza y demás, en relación con nuestras cualidades a este respecto.

El Trabajo dice, sobre este particular, que vivimos en una parte muy pequeña de nosotros mismos.

Significa ello que nuestra conciencia se extiende solo a una parte muy reducida de nosotros mismos.

Tal situación hace que nuestras relaciones con los otros sean muy malas, como también con la vida y con nosotros mismos.

La idea de este Trabajo es la de ampliar nuestra conciencia.

Es preciso, nos dice, llegar a ser mucho más conscientes para con nosotros mismos mediante una directa observación de si, de tal modo que todos los mezquinos retratos de nosotros mismos que nos hemos hecho sean destruidos y empecemos a vivir en una edición ampliada de nosotros mismos.

Una regla general en El Trabajo es que cuando no nos entendemos con alguna persona se puede tener la seguridad de que esta es la cosa misma contra la cual es preciso trabajar sobre uno mismo.

Esto imparte una orientación por completo diferente y es segun mi parecer el comienzo del verdadero trabajo.

Lo que se critica tanto en los otros es algo que descansa en el lado oscuro de uno mismo y que no se conoce ni se quiere reconocer.

Solo se ve ese lado oscuro, ese lado inconsciente, desconocido de uno mismo, reflejado de tal modo en otra persona que ésta siempre tiene la culpa y no uno mismo.

Todas las personas viven en una conciencia muy reducida, un mundo muy mezquino de auto-reacciones, de reacciones personales, y ese pequeño espacio en que viven está lleno de toda clase de susceptibilidades.

Y como admitirán, algunas personas viven en esa pequeña parte de sí mismas en la cual la conciencia está confinada a una reducida zona de la totalidad de la psique.

Lo que mantiene en nosotros esta pequeña conciencia es la acción de los topes, de los retratos que nos forjamos de nosotros mismos, de las opiniones fijas, de las actitudes negativas.

Cuando estamos en tal condición el lado oscuro de nosotros mismos es muy grande, pero cuando la luz de la observación de si se derrama en ese lado oscuro, la conciencia de nosotros mismos se acrecienta mediante el conocimiento de si, y al cabo de un tiempo empezamos a sentirnos diferentemente de lo que acostumbrábamos a sentirnos.

El centro de gravedad del "Yo" en nosotros empieza a desplazarse.

En otras palabras, el "Yo" Imaginario, ese "Yo" al que siempre servimos y mantenemos andando, que no es en absoluto nosotros mismos, empieza a disolverse.

Hallamos que no somos en absoluto lo que imaginábamos ser y a medida que esto tiene lugar nuestras relaciones con la demás gente se expanden.

En lugar de vivir en el estrecho mundo de los prejuicios, de las violentas simpatías y antipatías, debido a la expansión de la conciencia en nosotros mismos nos hallamos en relaciones más amplias con la demás gente.

Esto es debido al crecimiento de la conciencia mediante el método de la observación imparcial sobre el cual se funda todo El Trabajo en su lado practico.

De resultas de ello el sensitivo manojo de reacciones personales, el sentirse continuamente trastornado y herido, la incapacidad de hacer frente a las críticas de los otros, empiezan a desaparecer, y entramos en un mundo más amplio.

Llegamos a ser más universales.

Ya no alimentamos más nuestros retratos de nosotros mismos tal como lo hacíamos.

Ya no pensamos más en nosotros mismos de esa manera tan exclusiva, sino que empezamos a darnos cuenta de nuestra propia impotencia de modo que podemos soportar la impotencia de las otras personas.

Ahora bien, El Trabajo dice que debemos soportar las manifestaciones desagradables los unos de los otros.

Pero es imposible soportar las manifestaciones desagradables los unos de los otros en el verdadero sentido del significado de la palabra a no ser que veamos nuestras manifestaciones desagradables y las conozcamos y las aceptemos.

Esto destruye todas las ilusiones de nosotros mismos.

A menos de aceptar el lado de nosotros que censura seremos siempre negativos porque este manojo sensitivo de reacciones personales rodeado por la oscuridad de uno mismo que no se conoce o no se quiere reconocer es la principal cosa que hay que enfrentar en la vida.

Y es algo que es completamente inadaptado a la vida, algo incompleto, inadecuado, que nos hace desdichados a todo lo largo de nuestra vida a no ser que se lo corrija por medio de un trabajo consciente sobre si.

Nuestro pequeño ego-mundo personal se sentirá trastornado a cada momento y careceremos de energía para la vida y de aguante a menos que hagamos frente a ese lado oscuro reconociéndolo conscientemente y dándonos cuenta que todo lo que censuramos en los otros halla su expresión en todo momento en nosotros, pero que no lo incluimos en nuestra conciencia de nosotros mismos.

Por eso El Trabajo hace tanto hincapié en el "Yo" Imaginario en el que vive la gente.

Supongamos que critica a un hombre que ha logrado tener conciencia de una gran parte de su lado oscuro.

Es decir, aquel hombre ha llevado a su conciencia por medio de su trabajo muchos aspectos de si mismo que ignoraba existían en él, y los ha aceptado.

¿Sera capaz tal hombre de soportar más fácilmente las criticas que una persona que sigue viviendo en los retratos de sí misma y nunca se ha enfrentado realmente consigo misma por medio de una observación directa?

Tengo la completa seguridad que si un hombre mediante el poder del Trabajo se observa realmente a sí mismo, advierte en verdad cuando critica y censura a los otros, y siempre lo atribuye a algo que está en él mismo y que aun no reconoce, dicho hombre será mucho más equilibrado y por lo tanto más capaz de soportar el próximo paso en el desarrollo interior.

Son tantas las ansiedades que se esfuman, las crisis emocionales que desaparecen, las enfermedades que se desvanecen, las tormentas en vasos de agua que dejan de existir.

Lo acusan, por ejemplo, de ser un embustero.

Se defiende furiosamente, practica todas las artes de auto-justificación —las cuales, le recuerdo, es una de las cosas especificas sobre la cual debe trabajar— y resulta un inmenso tumulto.

Desde luego usted es un embustero.

Pero si mantiene siempre su mentira fuera de su esfera consciente y se niega a conocerla y rehúsa reconocerla, ¿cómo puede aceptarla?

Siempre se defiende en contra de sí mismo, con el fin de mantener a su "Yo" Imaginario andando, su imaginación de lo que es.

Pero supongamos que logra tener mucho más conciencia de su lado oscuro y le acusan de ser un mentiroso, entonces no reaccionara desde su manojo de sensitivas reacciones personales, ni desde un retrato de sí mismo, porque sabe muy bien que es también un mentiroso y que miente a menudo.

Por lo tanto aceptará las críticas sin inmutarse.

En El Trabajo se dicen muchas cosas sobre la comprensión de nuestra nadidad.

Se ha dicho una y otra vez que un hombre en El Trabajo debe llegar al punto en que comprende su propia nadidad antes de dar otro paso.

La observación de sí se asemeja a un rayo de luz que penetra en la oscuridad de nuestro interior.

Este rayo de luz lleva a la conciencia el lado desconocido e inaceptado de nosotros mismos.

Suaviza todo en nosotros y elimina gran parte de nuestra violencia.

Todos hemos de vencer en nosotros al hombre violento o a la mujer violenta porque toda violencia se debe a la falta de conciencia.

Si puede ver a otro como uno se ve a sí mismo nunca podrá ser violento hacia el otro.

Maurice Nicoll




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