jueves, 26 de julio de 2012

EL RECUERDO DE SÍ. IX


EL RECUERDO DE SÍ. IX

LA SEPARACIÓN

La energía de las impresiones es empleada por la maquinaria psíquica.

Les haré una pregunta:

"¿Qué diferencia hay entre el hombre mecánico y el hombre consciente que reciben impresiones?"

La respuesta es que en el hombre mecánico, ya sea el No 1 , el 2 ó el 3, la energía de las impresiones no es transformada.

ES USADA por los rollos que giran o los centros, en la estimulación de diferentes "Yoes", en los estados negativos y en todas las reacciones, actitudes, imágenes y pensamientos y sentimientos mecánicos que los hombres y mujeres insisten en tomar como su verdadero sí.

En una persona más consciente, en aquella que es capaz de separarse, la energía proveniente de las impresiones entrantes no es completamente utilizada por la psique mecánica, sino que PUEDE PROSEGUIR y transformarse en una energía más elevada.

¿Cómo es esto posible?

Por medio del Recuerdo de Sí.

Este es llamado el Primer Choque Consciente.

Las gentes mecánicas —esto es, los hombres y mujeres en general— no se dan a sí mismos el Primer Choque Consciente.

No se recuerdan a sí mismos.

Debido a este hecho PAGAN diversas penas —esto es, están bajo LA LEY DEL ACCIDENTE y ellos, dormidos, moran entre gentes, dormidas que no pueden comprender las unas a las otras; ni tampoco pueden atraer la ayuda que les es necesaria.

La ayuda no puede llegar al Segundo Estado de Conciencia: sólo puede llegar al TERCER ESTADO —al cual pasamos cuando nos recordamos a nosotros mismos—.

No nos damos cuenta que las gentes en la tierra pagan penalidades 'por no recordarse a sí mismas, salvo por medio del estudio de sí cuando están dormidas.

Todas las absurdidades y crueldades de la vida, todo el despilfarro e imbecilidades, toda la vanagloria e insinceridad, todas las mentiras, toda la simulación y falsedades y malentendidos son debidos a una causa definida, tal como lo enseña El Trabajo —a saber, las gentes no se recuerdan a sí mismas—.

En consecuencia, son llevadas, como por una correa de transmisión, por las circunstancias exteriores que cambian constantemente, la guerra y la paz, y así sucesivamente.

La vida está hecha de circunstancias que cambian constantemente.

¿Qué es aquello en nosotros que es así llevado?

Es nuestro lado externo, adquirido, llamado PERSONALIDAD.

En nosotros hay un hombre exterior y un hombre interior, una mujer exterior y una mujer interior.

Si en cada uno de nosotros lo interior estuviese desarrollado —la parte real, esencial— toda la vida sería diferente y ya no estaríamos a la merced de las cambiantes circunstancias exteriores, por tener ahora algo que es internamente ESTABLE.

Más para que esto tenga lugar, es necesaria la práctica del Recuerdo de Sí.

Cuando un hombre y una mujer se recuerdan a sí mismos, ya no son más Smith o la señora Smith, Robinson o la señora Robinson, Brown o la señora Brown.

En el Recuerdo de Sí no se recuerda la Personalidad adquirida por la religión, la educación y el ejemplo, sino  ALGO  que está tras toda esa parte adquirida, que rodea la Esencia y es tan diferente en las distintas personas y naciones que le es imposible ponerse de acuerdo.

Porque un hombre recuerda meramente que es mahometano o sikh o hindú, otro que es cristiano, otro que es árabe, aquel que es judío —o asimismo que es aristócrata, o médico, o labrador, o que es rico o pobre, bien parecido o feo— todo esto no es recordarse a sí mismo.

Cada hombre, cada mujer, tienen tras ellos, dentro de lo más profundo de la Esencia, al YO REAL, que no es ni mahometano, ni cristiano, ni judío, ni árabe, ni aristócrata, ni pobre, ni bien parecido, ni feo.

Por eso El Trabajo enseña que cuando un hombre o una mujer llega a percibir su propia nadidad, entonces esta nadidad atrae al Yo Real.

Porque si está INFLADO con la importancia de sí y de sus virtudes y su valer, ¿cómo le será posible ponerse en contacto con algo Real?

Así el Recuerdo de Sí, que es infinito en sus diferentes formas, nunca puede fundarse en el mérito de sí, sino en un sentimiento gradual —profundamente emocional— y con ello se quiere decir LA PERCEPCIÓN INTERIOR DE LA VERDAD acerca de sí, de la irrealidad que hasta ahora se ha tomado como la propia persona.

Por eso El Trabajo habla del "Yo" Imaginario o Falsa Personalidad, y enseña de diversas maneras que ese "Yo" Imaginario, con el cual las gentes andan por la vida y las hace padecer constantemente, debe llegar a ser PASIVO.

Les recordaré otra vez lo que nos dijeron en Francia:

"La Personalidad apenas tiene derecho a existir aquí".

Reflexionen sobre lo que esto significa.

Ahora bien, en cuanto a la separación por medio de la no identificación, se dice que en el separarse, digamos, de una emoción negativa —esto es, en la lucha por no identificarse con ella —es preciso, al mismo tiempo, recordarse a sí mismo, recordar el propio propósito, recordar todo lo que El Trabajo significa para uno.

Entonces LA FUERZA EXTRAÍDA de alguna reacción típica mediante la separación PASA al Recuerdo de Sí y así no anega otra reacción mecánica.

Este es el comienzo de la transformación de la energía de las impresiones.

Esto es. Do 48 pasa a Re 24, y eventualmente a Mí 12.

Maurice Nicoll

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