jueves, 26 de julio de 2012

EL RECUERDO DE SÍ. X



EL RECUERDO DE SÍ. X

IDEA-TRABAJO
El hombre ha nacido para recordarse a sí mismo pero, como fue criado entre gente dormida, se ha olvidado de hacerlo.

COMENTARIO

Hemos hablado la última vez del Recuerdo de Sí y del sí que ha de recordar.

A veces una parte valiosa de nosotros se extravía.

Cabe decir que se ha quedado dormida.

Por otra parte, muy bien se podría decir que se le ha descuidado perdiéndose contacto con ella.

Esto suele suceder cuando hace algún tiempo que no se trabaja ni se reflexiona sobre las ideas del Trabajo, y se las ha olvidado. Es en esos momentos en que suele extraviarse una parte valiosa de uno mismo.

Más tarde uno se despierta, pero no repara que un sí, un "Yo", o un pequeño grupo de "Yoes" no está más.

Cada trocito de verdad que se ha logrado en El Trabajo prestándole atención y experimentándolo mediante su aplicación práctica a uno mismo ha de mantenerse unida, de otro modo las cosas suelen perderse.

El tiempo es una dimensión —de distancia psicológica.

Es preciso mantenerse firmemente en el trabajo personal.

La verdad es, en el simbolismo esotérico, de plata.

Todas las verdades que se han experimentado en El Trabajo han de mantenerse unidas en los Centros Intelectual y Emocional, y en las muy distintas memorias que se conectan con estos dos centros.

Recordemos la parábola de la mujer que perdió su moneda de plata:

"¿Oh qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?"
(Lucas XV, 8).

Su casa es ella misma, su propio ser, y la plata una verdad, algo que ha comprendido y luego perdido.

En muchos antiguos escritos sobre psicología esotérica, nos dicen que no debemos permitir que las cosas se enfríen demasiado.

La transformación del ser es un proceso que no puede interrumpirse por demasiado tiempo como tampoco lo puede hacer un huevo que se está incubando.

Pues bien, volvamos a referirnos al acto de Recuerdo de Sí.

Es la cosa más importante en El Trabajo y la que menos se intenta.

Si pudiéramos recibir la vida en El Trabajo empezaríamos a despertar del estado de sueño en que nosotros y toda la humanidad estamos sumidos, dándole el nombre de conciencia, o tomándolo equivocadamente por conciencia.

Si el Hombre llegara a ser realmente consciente, todo cambiaria.

Este Trabajo se refiere a llegar a ser más consciente.

Sí — ¿pero qué significa esto?

Significa que hay que alcanzar el nivel de otra clase de conciencia, llamada Recuerdo de Sí; Percepción de Sí y Conciencia de Sí.

Nunca se reflexionará bastante sobre este particular, nunca se lo recordará bastante.

Para alcanzar ese nivel hemos de tener algo que nos eleve, UN ASCENSOR.

El trabajo y su manera de pensar es el ascensor.

Por medio de nuestros pensamientos, que son los de la gente dormida que imagina estar plenamente consciente, no podemos alcanzar los pensamientos que pertenecen a la gente que se baña en la Luz del Recuerdo de Sí y contempla el significado de la existencia desde ese nivel

Pero este Trabajo, que proviene de hombres conscientes, pertenece al pensamiento situado a ese elevado nivel y es esto lo que tratamos de imitar.

Debilita el poder que la vida externa ejerce sobre nosotros, porque DEBILITA EL PENSAR MECÁNICO inducido por la vida sensual y su aparente realidad.

LA MENTE DEBE SER REMODELADA.

Ahora bien, si la vida entrante, que penetra en nosotros en la forma de impresiones por la vía de los sentidos, pudiera caer en El Trabajo, su energía quedaría transformada.

Esta idea es presentada por el diagrama del Primer Choque Consciente.

Ahora bien, por lo común, no recibimos la vida en El Trabajo, sino directamente.

Primero, esto ocurre así porque no hemos construido el sistema de pensar llamado El Trabajo en nosotros mismos, y así recibimos la vida en nuestra psicología adquirida, mecánica, a la que tomamos equivocadamente por nosotros.

Segundo, porque por mucho tiempo no vemos diferencia alguna entre la vida y El Trabajo, aun después de años de práctica de no identificación.

Leemos los diarios y nos sentimos conmovidos.

El Trabajo dice que el Hombre, en su nivel actual de conciencia, NO PUEDE HACER.

Nos sorprende y nos deprime el que el Hombre no pueda hacer —no pueda detener las querellas y las guerras, etc.

Si recibiéramos la vida en El Trabajo, no nos sentiríamos sorprendidos ni deprimidos, y así la vida no nos haría negativos.

Pero puesto que no nos recordamos a nosotros mismos y así transformamos los efectos de vida, llegamos a ser negativos.

De hecho, somos impulsados por la vida, por lo que sucede, y no tenemos nada de interno con lo cual resistir.

Así somos máquinas, tal como lo enseña El Trabajo, impulsados por la vida y sus aconteceres.

En otras palabras, no existimos —sin embargo fuimos creados para existir— PARA SER —para tener un ser además de la maquinaria—.

Esta es nuestra tarea —CREARNOS A NOSOTROS MISMOS—.

Ahora bien, la gente —la humanidad— que vive en el segundo estado de conciencia, el denominado estado de conciencia despierta, nunca podrán entenderse los unos a los otros.

Esto, en esoterismo, se llama el Círculo de Babel o la Confusión de las Lenguas.

No quiere decir meramente las lenguas literales —los idiomas—.

Solo la gente que logra el Tercer Estado de Conciencia puede empezar a entenderse recíprocamente.

Un Hombre Número 1 no puede entender a otro Hombre Numero 1, ni tampoco un Hombre Número 2 o Número 3 puede entender a la gente de su respectivo tipo.

Por eso el Trabajo dice:

"El Hombre no puede hacer" —esto es, mientras no despierte—.

Imaginen lo que sucedería si todos comprendiéramos que no somos propiamente conscientes y nos asemejamos a gente dormida que quiere alcanzar un fin común —cada cual identificado con — sueños—.

Ahora bien.

El Círculo Consciente de la Humanidad empieza con aquellos que han alcanzado el Tercer Estado de Conciencia —mediante un arduo trabajo sobre sí.

Aquí, obtienen la ayuda de los Centros Superiores —encuentran otra manera de comprender sus problemas vitales aparentemente insolubles—

Esta es una idea interesante.

Si se pudiera hallarle solución a la vida, entonces este Trabajo no tendría razón de ser.

Este Trabajo se propone hacer que la vida sea posible en el sentido que, tal como dice, no se puede entender la vida salvo en función de alguna otra cosa.

Esta otra cosa es El Trabajo.

Por lo tanto, si el Trabajo cayera internamente en El Trabajo, despertaríamos.

Maurice Nicoll

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