miércoles, 11 de julio de 2012

LAS TRIADAS



LAS TRIADAS

Quiero darles algún material nuevo para que piensen en él.

¿Recuerdan el punto de partida, cuando fue explicada la idea de las tríadas?

Se dijo que toda acción, toda manifestación es el resultado de la conjunción de tres fuerzas.

Este es el principio, y ahora debemos tratar de entender cómo empezar a estudiarlo.

En el estudio de las tríadas y de las tres fuerzas uno debe ser muy cuidadoso y lento, usando los principios dados en el sistema y tratando de aplicarlos y ampliarlos cuando es posible.

Uno ha de evitar, particularmente, la prisa y la invención.

El primer punto, al recordar el significado de las tríadas, es recordar que las manifestaciones de energía, cualquier clase de acción, en el mundo, en la actividad del hombre, dentro de la máquina humana o en los sucesos externos, consiste siempre en tríadas.

Hemos hablado de seis tríadas diferentes, comprensibles para la menta humana, representando, cada una, una combinación diferente de fuerzas.

A fin de limitar la cuestión, de no tornarla demasiado complicada al comienzo, sólo consideraremos la actividad humana.

Pero aquí llegamos a una dificultad.

Jamás hemos pensado que la actividad misma es diferente.

Conocemos la diferencia entre la madera y el metal, por ejemplo, y no los mezclamos.

Pero no entendemos que una acción puede ser tan diferente de otra como dos objetos distintos.

Para nosotros, en el pensar corriente, las acciones son las mismas, sólo que una empieza con un objetivo y tiene un resultado, y otra empieza con otro objetivo y tiene un resultado diferente.

Sólo pensamos en los motivos, objetivos y resultados, pero no en las acciones mismas.

P. ¿Entonces, el motivo es menos importante de lo que pensamos?

R. No determina la acción.

Usted puede tener una clase de objetivo, pero su acción puede ser de una clase diferente.

Esto sucede muy a menudo.

Las personas empiezan haciendo algo con cierto objetivo en vista, pero sus acciones son tales que, ni siquiera por accidente, este objetivo podrá alcanzarse jamás.


Es necesario coordinar el objetivo con la acción; de otro modo, nunca alcanzará lo que usted quiere.

Esto es lo que debemos entender en relación con nuestras acciones y debemos tratar de encontrar diferentes categorías de las acciones.

Cuando empecemos a mirar la actitud humana desde este punto de vista, recordando que hay diferentes clases de acciones, independientemente de los resultados, intenciones, emociones, material, etc., empezaremos a ver esto.

No es la capacidad de ver; lo que nos hace falta, sino el conocimiento de este principio, que es nuevo para nosotros.

No podremos empezar de inmediato a buscar a las seis diferentes tríadas en total, que pueden hallarse en la actividad humana, pues se mezclarán en nuestras mentes.

Deberemos encontrar niveles normales para dos, tres o cuatro clases, tantas como podamos ver.

Mire sus acciones y las de la gente que le rodea y verá ciertas diferencias.

Este es buen material para pensar.

Todos los absurdos de la vida dependen del hecho de que las personas no entienden que ciertas cosas pueden ser hechas con una sola clase de tríada.


Usan una tríada equivocada, una clase equivocada de acción, y les asombra que los resultados no sean los que quieren.

Por ejemplo, no es bueno tratar de enseñar golpeando, o tratar de persuadir con ametralladoras.

Descubra sus propios ejemplos, y mejores, del uso equivocado de las tríadas, y verá que ciertos resultados sólo podrán obtenerse mediante una acción apropiada.

Obsérvese y observe a la vida en general; si vuelve este estudio sobre sí, verá, por ejemplo, que si desea conocer o cambiar algo en usted y si enfoca este problema de modo formativo, jamás conseguirá nada.


El pensar formativo es un ejemplo de una acción humana que no conduce a entender.

P. ¿Puede dar un ejemplo de las diferentes actividades humanas?

R. Tome dos ejemplos simples a fin de entender la idea.

Para construir una casa, se necesita esfuerzo a cada momento, cada simple ladrillo debe ser puesto en su lugar con cierto esfuerzo; ninguna tríada penetra en otra tríada sin esfuerzo.

Al final, la casa está construida y amoblada.

Entonces, si usted quiere quemarla, basta con qué encienda un fósforo y le ponga algo inflamable, y la casa se incendia.

Si profundiza más en esto, verá que estas son dos actividades diferentes.

Usted no puede construir una casa mediante la misma actividad con que la quema.

En el segundo caso, una tríada penetra en otra sin esfuerzo alguno, automáticamente, después del primer esfuerzo inicial de encender un fósforo.

Los ejemplos de la tercera clase de tríada, en nuestra experiencia, sólo pueden hallarse en el trabajo consciente, no en el trabajo identificado; o en alguna actividad que tenga una peculiar cualidad propia que los demás no pueden imitar, como la creación artística.

Los esfuerzos en el recuerdo de sí y en no identificarse pertenecen a esta categoría.

Si piensa sobre eso, usted entenderá que, a fin de pintar un buen cuadro, por ejemplo, uno deberá usar una tríada diferente de la usada al construir una casa o de la usada para quemar una casa; se necesita otra.

Otra tríada puede llamarse invención, descubrimiento, arte.

Si piensa sobre estas cuatro actividades diferentes, éstas le darán material para observar y comparar.

Trate de ver por qué y en qué son diferentes.

P. No veo la distinción entre el arte y la construcción de una casa.

R. En un caso, se necesita sólo energía, sólo esfuerzo; en el otro, se necesita algo más, algún conocimiento o capacidad para la invención.

P. ¿Usted puso esfuerzos en el recordarse con el arte?

R. Sí, es la misma tríada.

El esfuerzo simple y ciego, como en el trabajo físico, no ayudará en el recuerdo de sí.

Tampoco ayudará el esfuerzo en el sentido de invención, de adaptación.

P. Hallo difícil pensar en analogías con estas actividades.

R. Naturalmente, porque no está acostumbrado a pensar de ese modo.

Es un modo absolutamente nuevo de pensar.

Usted está tratando de pensar del modo corriente, lógico, formativo, y esto no es suficiente.

Es necesario no pensar sobre palabras, sino sobre hechos.

Si encuentra cuatro clases diferentes, ¿en qué difieren?

Difieren en la forma del esfuerzo.

P. ¿La actividad formativa es destructiva?

R. No es destructiva por sí misma, sólo es deficiente.

Pero las actividades que empiezan con la emoción negativa son siempre destructivas, no pueden ser nada más.

Muy a menudo, la gente no se da cuenta de esto.

P. No veo cómo podré alguna vez estar seguro sobre en qué categoría poner una actividad.

R. Usted sabe bastante para empezar.

Para cada resultado, hay cierto método.

Diferentes métodos tienen resultados diferentes.

Si tiene un tronco de madera ha de tratarlo de modo distinto de como tratará a un enfermo.

No interesa colocarlos en diferentes categorías.

El ejemplo es el comienzo del todo.

Tratamos de fingir que las cosas son más difíciles de lo que son, pero en realidad sobre eso lo sabemos todo.

Sabemos que la caza es una actividad, y que escribir poesía es una actividad diferente.

No se podrá  cazar con buen éxito con la clase de energía usada para escribir poesía.

P. ¿También hay diferentes tipos de pensar, paralelos a los diferentes tipos de actividad?

R. Sí, ciertamente.

Cada clase de actividad tiene su propio modo de pensar, aunque no somos conscientes de ello.

Pero lo que sucede es que la gente actúa de un modo y piensa de otro.

A veces ambos coinciden, pero a menudo están en mala relación recíproca.

P. ¿Pero la acción no es el resultado del pensamiento? ¿El pensamiento correcto no significa siempre una acción correcta?

R. No, absolutamente no.

Uno puede pensar correctamente y actuar incorrectamente.

Entender es una cosa: la voluntad y el designio, el esfuerzo y la decisión son otra: hay dos grados diferentes de la cuestión.

Puede decirse que el recto pensar es un paso hacia la acción correcta, pero aún no significa que la acción sea correcta.

P. ¿Cómo puede uno ponerse a usar la tríada correcta?

R. En los momentos de esfuerzo, o inmediatamente después, usted puede darse cuenta de que es un esfuerzo equivocado, que con él no podrá obtener lo que quiere.

Para cada objetivo definido hay un esfuerzo correspondiente.

Si se atrapa usando un esfuerzo equivocado, eso significa que es una tríada equivocada.

Puede ser que usted no sea capaz de usar la tríada correcta, pero puede detener el uso de una equivocada.

Lo que es nuevo sobre esta idea de las actividades es que son diferentes en sí mismas.

Para nosotros, la acción es acción.

Actualmente, basta entender que los resultados de las acciones que vemos en la vida (particularmente no nos gustan o les encontramos defectos) se debe, a menudo, a las tríadas equivocadas usadas para alcanzar un objetivo dado.

Si entendemos esto, entenderemos que, mediante una actividad dada, tendremos que arribar sólo adonde arribamos y a ninguna otra parte.

Para arribar a algún otro lugar, hemos de usar una actividad diferente.

Pero, actualmente, no podemos escoger, porque no sabemos.

P. ¿Puede uno aprender qué acciones usar?

R. Sí, ciertamente.

Usted puede aprender del Trabajo.

El Trabajo de la escuela puede hacerse de un solo modo.

Es decir que trate de un modo, de otro modo, de un tercer modo y, más tarde o más temprano, llegará al modo correcto.

En las condiciones normales, usted no podrá ver los resultados de sus acciones, hay demasiadas posibilidades de autoengaño; pero, en el trabajo de la escuela, usted no puede engañarse.

Obtiene algo o no lo obtiene, y puede obtener algo solamente de un modo.

Hay otros métodos de aprender sobre las diferentes clases de acción, mediante el entendimiento intelectual, pero esperaremos para eso.

Me agradaría que, primero, entienda mejor el principio general.

Vea, el esfuerzo, el objetivo, el motivo, todo entra en la palabra "ACCIÓN" y la idea de acción, de modo que las acciones están conectadas con el motivo pero no en el sentido que usted piensa.

Cierta clase de resultado sólo puede obtenerse mediante una acción apropiada; al mismo tiempo, el motivo también determina la acción.

El motivo es, a veces, importante, pero con los mejores motivos posibles uno puede hacer las peores cosas posibles, porque usamos un esfuerzo equivocado, y un esfuerzo equivocado producirá un resultado equivocado.

Suponga que usted quiere construir algo y usa la clase de esfuerzo que sólo puede usarse para la destrucción; entonces, en vez de construir, sólo destruirá las cosas, con las mejores intenciones.

Le he dado algunos ejemplos, trate de encontrar paralelismos.

Trate de pensar, por ejemplo, que ni la acción que construye una casa ni la acción que la incendia puede pintar un cuadro; al mismo tiempo, la acción por la cual usted pinta un cuadro no es necesaria para construir una casa: para eso se requiere un esfuerzo mucho más simple.

Sólo unas pocas personas pueden pintar buenos cuadros, pero todas pueden tomar parte en la construcción de una casa.

Entonces, el mismo esfuerzo que es necesario para construir una casa no basta para inventar, digamos, una nueva clase de campanilla eléctrica.

Y la acción por la que usted inventa una campanilla eléctrica no producirá un buen cuadro.

Las diferentes clases de acción significan tríadas diferentes, pero actualmente es mejor dejar las tríadas y no pensar qué acción significa cuál tríada, pues eso sólo le hará perder el significado de la idea.

Sólo deberá tratar de ver las diferencias.

Por ignorancia o impaciencia, las personas usan a menudo las tríadas equivocadas y explican su fracaso como obra de la mala suerte, o del demonio, o de un accidente.

Ouspensky

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