ALQUIMIA. -AZUFRE, MERCURIO Y SAL-
AZUFRE
El Azufre es la fuerza erótica.
El Mercurio es la energía seminal.
La Sal es, además de nuestras sales naturales de nuestro
organismo humano, la combinación de los elementos antes citados.
El fuego sagrado es el azufre.
El azufre es un principio grasoso y aceitoso que une a la
sal y al mercurio indisolublemente.
El azufre tiene parte de la solidez de la sal, y parte de
la volatilidad del mercurio.
El azufre coagula el mercurio asistido poderosamente por
la sal.
El fuego es el azufre de la alquimia.
El fuego en su absoluta simplicidad, es el sumum de todas
las perfecciones.
El aire por ser menos puro, no logra penetrarlo a fondo
ni fusionarse con él, sino únicamente cuando ha sido depurado en forma
absoluta.
El Fuego elemental está concentrado en las lumbreras del
cielo.
Estas lumbreras son los Astros inefables, los Logos
planetarios que nos envían sus rayos para ayudamos en nuestra evolución
cósmica.
El Fuego purifica todas las cosas, transmutándolas en
perfecciones inefables.
El Fuego actúa en el centro de cada planeta, y en el
corazón de toda la vida.
EL FUEGO TIENE SU HABITÁCULO EN EL AGUA y si nosotros
derramamos esas aguas, derramamos también el Fuego y quedamos en tinieblas.
Debemos acumular todo nuestro Semen Cristónico, para
transmutarlo en EL FUEGO VIVO DEL ESPÍRITU.
El fuego sagrado es el azufre.
El azufre sol es el KUNDALINI, que tenemos que despertar
practicando magia sexual con la mujer.
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El azufre es el fuego sexual que hay que robarle al
Diablo en el momento del arrobamiento místico-sexual.
¿Y cuál es el azufre?
El fuego, el fuego...
Ese azufre es bastante interesante.
No es que sea azufre puramente químico, o el azufre que
se puede comprar en la farmacia, crudo, "flor de azufre".
Estamos hablando del azufre de los sabios, estamos
diciendo que cuando el mercurio está debidamente preparado -con el color
amarillo-, se puede recibir el azufre de los sabios.
Ese azufre hace fecundo al mercurio.
Pero, ¿cuál es ese azufre de los sabios?
¡El fuego sagrado!, que normalmente está enrollado tres
veces y media dentro de cierto chacra o centro magnético que existe en el
cóccix.
Cuando el mercurio está preparado ya, se mezcla con el
azufre, se convierte en un mercurio azufrado.
A su vez la sal, que existe en las secreciones sexuales,
también pasa por sublimaciones y junto con el azufre y el mercurio forman un
solo trío: sal, azufre y mercurio.
Esa sal, azufre y mercurio toman la forma de una serpiente
que sube por la espina dorsal, a lo largo del canal medular-espinal
-normalmente se le denomina "Kundalini" -, y va ascendiendo por la médula espinal hasta el cerebro,
abriendo los chacras que existen en la espina dorsal.
MERCURIO
El Mercurio es el Espíritu de la Alquimia.
El mercurio es un licor espiritual aéreo y raro.
El Mercurio es el águila volante de la Filosofía.
El Mercurio es nuestro Caos.
El Mercurio es el Semen.
El Mercurio se transmuta en Oro volátil.
El Mercurio es el agua del Caos, es el Semen Cristónico
que se transmuta en el oro vivo del Espíritu.
Arnoldo de Villanueva, Alberto el Grande, Raimundo Lulio
y muchos otros alquimistas, denominan Mercurio al ESPERMA O SEMEN.
No hay sino una sola materia que sirve de fundamento a la
Gran Obra del Padre.
Esa materia prima de la Gran Obra, es el esperma
denominado Mercurio por todos los alquimistas.
El Mercurio es el Esperma cocido de todos los metales.
Dice Arnoldo de Villanueva que, según el grado de
sulfuración, el Mercurio engendra los diversos metales en el seno de la Tierra.
Así pues, el Mercurio según el grado de cocción, viene a
revestir las diversas formas metálicas.
Realmente cada cosa puede ser descompuesta en sus propios
elementos.
Con ayuda del calórico podemos descomponer el hielo en
agua, porque el agua es el elemento del hielo.
Así pues, todos los metales de la Tierra pueden ser
descompuestos en el Mercurio, porque el mercurio es la materia prima de todos
los metales.
Este Mercurio es el Semen espermático, en el cual pueden
descomponerse todos los metales, porque ese es el elemento de donde salen todas
las cosas.
El hombre puede descomponerse en el semen, porque ese es
el elemento de donde salió, y cada cosa puede ser descompuesta en los propios
elementos de que está compuesto.
Antes de poder transmutar los metales, hay primero que
reducirlos a su materia prima.
Así también, antes de que el hombre pueda redimirse de
sus pecados y entrar en el reino de los cielos, hay que primero reducirlo a su
materia prima, para luego transmutarlo en EL HOMBRE CELESTIAL de que nos habla
San Pablo.
Por ejemplo, si yo tengo una estatua y quiero darle a esa
estatua una forma absolutamente nueva, debo primero reducir esa estatua a su
materia prima, descomponiéndola en los mismos elementos de que está compuesta.
Luego, con esa materia prima hago la estatua en forma
absolutamente nueva, y totalmente diferente.
Así también, si queremos transmutarnos en Hombres
Celestiales, en Maestros de Sabiduría, debemos reducirnos al Esperma de que
fuimos formados, para elaborar el YO-CRISTO, el Niño de Oro de la Alquimia
Sexual.
"Cambia las Naturalezas y hallarás lo que
buscas".
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Ante todo, el Mercurio no es más que EL ALMA METÁLICA DEL
ESPERMA.
En Alquimia, el Esperma es EL AZOGUE EN BRUTO.
Se dice que con ese Esperma transmutado se elabora el
Mercurio (que es el Alma Metálica del Esperma).
Bien, hay tres clases de Mercurio:
Primero, El AZOGUE EN BRUTO, o sea, el EXIOHEHARI, el
Esperma Sagrado; segundo, El ALMA METÁLICA DEL ESPERMA, que es el resultado de
la transmutación, pues, del... ...(ese
ALMA Metálica, esa Energía Creadora que asciende por los cordones ganglionares,
espinales, hasta el cerebro); el tercer MERCURIO es el más elevado, aquél que
ha sido FECUNDADO POR EL AZUFRE (en Alquimia, el Azufre es el Fuego Sagrado).
SAL
La sal es la sustancia de las cosas, y el principio fijo
de todo lo existente.
La sal obra sobre el azufre y el mercurio, y estos
últimos la hacen volátil como ellos.
La sal en recompensa los coagula y los fija.
La sal disuelta en un licor adecuado, disuelve las cosas
sólidas y les da consistencia.
La sal da forma de perfección al NIÑO DE ORO DE LA
ALQUIMIA SEXUAL.
La sal disuelve nuestros metales para elaborar con ellos
el Niño de Oro de la Alquimia Sexual.
La sal volátil prepara la laringe para el Verbo de Oro.
La sal disuelve y coagula todas las cosas.
La tierra es de la naturaleza de la sal, y por ello se
disuelve en el agua, y se coagula en el agua.
Los continentes salen de las aguas saladas de la mar, y
vuelven al mar.
Nuestra tierra filosófica, es decir, nuestro cuerpo
humano, debe reducirse a las sales seminales, para elaborar con esas sales el
Niño de Oro de la Alquimia Sexual.
La sal está contenida en el esperma sagrado y se sublima
con las transmutaciones.
Samael Aun Weor
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